En la actualidad existe una creciente demanda estética en día en sentido general, que la odontología no escapa de esta realidad, lo cual ha traído como consecuencia una gran cantidad de técnicas y materiales, tanto de uso directo como indirecto, visando ambos devolver o mejorar la forma de cómo se ven y son vistos los pacientes.
Una de estas “famosas y muy de moda” técnica es a través del uso de las carillas cerámicas, las cuales son una fina capa de porcelana, la cual cementamos a la superficie vestibular de los dientes por medio de cementos resinosos y la práctica de grabado ácido y adhesivo, tanto a la superficie del diente, como de la carilla.
Hablando un poco de la parte histórica, recordemos que en las décadas 30 y 40 con la mejoría de las técnicas cinematográficas, los defectos de los actores eran más visibles, incluyendo los de la parte dental.
En éste sentido el Dr. Pincus (dentista de Beverly Hill), trataba de mejorar el aspecto de sus pacientes (muchos de los cuales eran actores), por medio de carillas de porcelana cocidas sobre papel de aluminio y unidas todas. El gran inconveniente era la unión de los dientes por la falta de medios adhesivos correctos. Las pegaba con adhesivo de prótesis totales.
Al paso del tiempo, 1955, Buonocuore, consigue grabar el esmalte dental y más tarde Bowen descubre la molécula para los adhesivos, lo que trajo como consecuencia la mejoría de la unión de las carillas con el esmalte y dentina, siendo que en los 70, el Dr. Rochette describe como unir las carillas por medio del grabado al esmalte y la colocación de silano en la porcelana. Los resultados a lo largo de un año fueron muy buenos, pero no fue hasta los 80, donde Simonsen y Calamia descubren el efecto del ácido Fluorhídrico sobre la porcelana, y es desde ese momento que comienza el real avance en todo lo concerniente a carillas dentales en porcelana.
Ahora también, como todo tratamiento, existen una serie de factores que podrían limitar el uso de ciertas técnicas, y las carillas no es la excepción, por lo que tenemos que considerar algunas indicaciones y contraindicaciones.
¿Cuándo podemos indicar las carillas dentales?
- Anomalías de color
- Anomalías de forma
- Problemas en la textura dental.
- Mal tratamiento de los dientes
- Diastemas
- Restablecimiento de la guía anterior.
Entre las contraindicaciones tenemos
- Poco remanente dental por fracturas o caries
- Grandes restauraciones, donde podemos ser más conservadores
- Problemas parafuncionales.
Ahora bien, como decíamos al principio, este tipo de tratamiento trata de mejorar lo que los pacientes presentan a nivel estético. Para obtener los mejores resultados hay que tomar en cuenta principios básicos de belleza general, desde la forma del rostro, dimensiones de los dientes, entre otros.
Aunque la estética puede ser subjetiva e individual para cada persona, hoy día con la globalización, donde tenemos acceso a prácticamente todo, se han dictado una serie de parámetros, los cuales resultan estándar para la mayoría.